jueves, 29 de noviembre de 2007

Aunque la mona se vista de seda...

Es un mediodía gélido de Noviembre y estoy paseando por el Parc des Bastions en Ginebra -a donde nos hemos mudado, Bonnie y yo, recientemente, pero esa es otra historia que quizá les cuente en otra ocasión-. Incapaz ya de soportar el ataque de mocos que me produce este frío cruel, me sueno, y sólo entonces percibo el intensísimo olor a abono que me rodea, y que antes no pude notar al tener la nariz taponada. Y pienso que el poeta Miguel Hernández dijo una vez de unos establos que olían "a honrado estiércol". En efecto, honradísimo, por cuanto la palabra no puede ocultar la verdadera naturaleza de la cosa. Y sin embargo, por mucha poesía que le queramos echar al asunto, sigue siendo mierda.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Carteles que hacen gracia

...o por lo menos a mí me la hacen, y mucha. Van unos cuantos:

Visto en Madrid a un vendedor callejero de chucherías al lado del Metro de Moncloa: "Hay Marx". ¿Pero de cuál? ¿Del de "El capital", de los de "Una noche en la ópera" o del de chocolate-relleno-de-caramelo-yum-yum?

Visto en un "chino" -un "todo a cien"- en Barcelona: "Artículos de legalo". No tengo palabras. Luego dirán que si mucho cachondeo y tal...

Visto en otro "chino", en este caso en Madrid: "Artículo de regalos". Éste es más curioso: confundiendo el plural y el singular al más puro estilo Carmen Sevilla.

Visto en una perfumería de la calle Atocha de Madrid: "Perfumes de lujo a granel" -como dijo deshuevado mi amigo Artur: "¡contradicciones a granel!".

Y por último, visto en la carretera de Burgos más o menos a la altura del Circuito del Jarama: a medida que íbamos avanzando por la carretera unos carteles nos advertían de la cada vez más inminente proximidad de un puesto de venta de fruta: "A 6 km, MELONE" -las mayúsculas son mías-, "A 2 km, MELONE", "A 1 km, MELONE". No sabíamos si el tipo era quizá italiano, o simplemente un poco bruto. En cualquier caso, al llegar a la altura del tenducho nos sorprendió agradablemente ver que no sólo el artista había corregido su error, sino que además había ampliado su oferta: "Melones y SANDÍAN".