jueves, 27 de septiembre de 2007

Canción del día: "Right On" (Clarence Wheeler & The Enforcers)

Una vez más, amigos, el poder mágico del soul y sus derivados. Me había levantado hoy con la desgana, la apatía y el aaay-Señor-qué-cruz que caracterizan últimamente mis despertares, y en ese estado de ánimo tan poco envidiable me encontraba aún cuando, al salir a la calle -hay que ir a trabajar, la-lara-la-láa- ESTO ha empezado a sonar en los auriculares de mi discman. Y en ese preciso instante todo ha cambiado: en mi cara se ha dibujado una sonrisa oreja-a-orejil que ni los Teleñecos, mi columna se ha erguido como un huso, mi paso se ha vuelto elástico y confiado -casi bailón, pero sólo casi- y yo diría que hasta las chicas que bajaban por mi calle a esas horas innobles de la mañana se han vuelto de golpe más guapas. Y no es magia, señoras y señores, es funk de pata negra. Right on, brothers and sisters! Contra la negra melancolía, el remedio de la (buena) música negra. Encuéntrenlo en "Right On! Box Set: Break Beats And Grooves From The Atlantic And Warner Vaults" (WSM-Atlantic-WB Records-Reprise, 2001).

viernes, 21 de septiembre de 2007

Pavo frío

O cold turkey, como ustedes prefieran. Así se denomina en slang anglosajón al "mono" o síndrome de abstinencia que se experimenta al intentar abandonar una adicción a cualquier narcótico o tóxico. Y en esas estamos, amigos: pronto hará dos meses que su humilde escriba no fuma, y oigan, hay que ver lo mal que se pasa. De verdad. Lo cual me lleva a dos reflexiones distintas:

1) Nunca jamás me volveré a tomar las adicciones ajenas a la ligera, ni aunque las vea en una película (escojan ustedes, y las hay buenas, ¿eh?: "El hombre del brazo de oro", "Días de vino y rosas", "Drugstore cowboy"... El tema del yonqui da para mucho). Lo juro. Quiero decir: si se trata sólo de dejar de fumar y se sufre tanto, ¿qué será de los que tienen que vencer un hábito de coca, caballo o alcohol? Se me erizan los vellos sólo de pensarlo.

2) No puedo ni podré nunca entender a quienes superan su adicción y luego recaen. Después de haber sufrido tanto, ¿hay quien pueda tener ganas de pasar por lo mismo una segunda vez? Keith Richards, oye mis palabras: eres el hombre más masoquista del mundo.

Vale.