martes, 4 de marzo de 2008

Buenas noches y buena suerte

Sí, ya sé que en este blog nunca se habla de política. Tranquilos, que hoy tampoco lo haremos: hablaremos de políticos, que es una cosa muy otra.

Pues nada, que en nuestro afán de seguir desde aquí como buenamente se pueda la evolución de la campaña electoral en nuestro país, ayer nos tragamos enterito el segundo debate entre el candidato demócrata y el republican... digooo, entre ZP-presidente y Rajoy-aspirante, y al final del mismo me surgía la reflexión sobre la, no sé si llamarla soberbia, o simplemente cabezonería, de nuestros políticos, que no son capaces de reconocer un error ni hartos de vino por banal que este sea. Me explico: al final del primer debate, ZP no tuvo mejor ocurrencia que despedirnos con un "Buenas noches y buena suerte", frase que, siendo en sí resultona, no pudo estar más fuera de contexto. Pero no contento con haber hecho el canelo en esa primera ocasión, ayer nuestro -aún- presidente ¡se despidió con LA MISMA fórmula! Pero, hombre de Dios, ¿dónde va con esas frases de película? ¿No ve usted que queda ridículo? Además, digo yo que, ya puestos a utilizar frases célebres del cine fuera de lugar, se podía haber decidido por otras que fuesen aún más contundentes. Le regalo a continuación unos cuantos ejemplos: "Buenas noches, y a Dios pongo por testigo de que nunca más volveré a pasar hambre", "Buenas noches, y Luke, soy tu padre" o, para hacer una gracieta, "Buenas noches... y dos huevos duros". O, qué demonios, tiremos ya directamente por la vena destroyer: "Buenas noches, y me encanta el olor del napalm por la mañana". De nada, presidente. A mandar.

Claro que qué decir de la tan traída y llevada "niña" del señor Rajoy, en la que ayer, y por increíble que nos pareciera a todos, volvió a insistir. En fin, no nos extenderemos: sólo diremos que, siguiendo con el símil cinematográfico, a nosotros, cuando vimos las declaraciones post-debate de Acebes y Aguirre, esa niña se nos transformó inmediatamente en la de "El exorcista".

Y ahora la pregunta del millón: ¿realmente era necesario que ambos machacaran en sus respectivas chorradas cuando lo más sencillo -por no decir digno- era que simplemente las dejasen morir de olvido? ¿A estos niveles de orgullo estúpido hemos llegado? Qué malita está la cosa...

...He dicho.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí, parece que lo de las sinapsis mentales a distancia siguen teniendo resultado. ¿Y no será (digo yo) que entre su medio cerebro y el mí juntamos para uno?. Porque hay mucha gente que piensa igual que usted, pero... ¿con las mismas frases?. Esto es preocupante. En fin, siempre nos quedará París...

Anónimo dijo...
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