El título de este post lo dice todo, queridísimos lectores de esto: sirvan estas líneas como homenaje, obviamente, póstumo (y van...) al Fary. Y es que mucho cachondeo y tal y cual, pero... ¿acaso alguno de ustedes ha oído alguna vez a alguien, a quien sea, a una sola persona, hablar mal del Fary? ¿A que no? Pues en este país nuestro que parece un nido de víboras, creo que esa ausencia de palabras vale más que seis mil ídem. Hombre, sí, vale, algún comentario coñón que de qué feo era el jodío y lo de chupar limones y tal, pero ningún comentario en realidad sangrante, ningún comentario en el que se pretendiera de verdad herir o hacer sangrar a la persona que había detrás del personaje. Ningún comentario directo a la encía, vaya. Y eso tiene por fuerza que decir mucho de lo buena persona que tuvo que ser. Pues eso, que yo de mayor quiero ser como El Fary.
Y además, que de bien nacidos es ser agradecidos, y al Fary le debemos muchos grandes momentos de desparrame verbenero entonando a voz en cuello aquéllo de "vaaaya toriiitooo, ay torito guaaapooo". Por eso y por lo muchísimo que nos hemos desgüevao cada vez que hemos recordado la letra de "La mandanga", muchísimas gracias, maestro. Descanse en paz.
martes, 26 de junio de 2007
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